sábado, 16 de abril de 2011

Hace tiempo que no escribo y hace mucho que he perdido la oportunidad de sentarme frente al ordenador.. estoy perdiendo la capacidad de recordar parcelas de mi vida. Quiero brotar nuevamente hojas...

Una hoja de hace años...


 
Así que, a cinco metros. No, más!

Siete de la mañana salgo muy deprisa de casa, cierro la puerta con tres vueltas de llave, ¡rayos!, olvidé que tengo clases hasta noche, ¡chispas!, no llevo la casaca... entro, busco rápidamente sobre el sofá de la sala, antes debo cruzar el largo pasadizo del primer piso...ahora salgo, doy tres vueltas a la reja y me dirijo al paradero disfrazada como esquimal en un claro otoño de abril.

Ya no hago viajes en el bus sentada , ahora transito de pie y apachurrada con los cuerpos ajenos que me empujan y el olor de carne extraña. Si doy unos pasos más, terminaré como papel, pero entre estar en la puerta y pasar al fondo , prefiero al medio y quedar como empanada. La casaca doble forro la llevo puesta , es temprano y el bochorno provocado por el vapor del prójimo me tiene sofocada. Aún así no pienso sacármela... razones tengo.
La gente me empuja y se queja por mi presencia, sus ruiditos de molestia lo dice todo, elijo no decir mucho y trato de ubicarme sin incomodar a los felices pasajeros. Me poso frente a un asiento al lado de la ventana, en un hueco que dice "salida de emergencia", me cojo de las barras, aferrándome como un koala en su rama para no caer.

Está por acercarse un varón, va de salida, quiere el pase porque bajará... me mira, se inquieta, pero planea darse la vuelta y ¡suácate! como plancha piensa arrasarme...lo sé porque percibo sus intenciones irrespetuosas, a lo que yo respondo silenciosamente... le pongo el codo como tranca de tránsito: ¡Aquí, no pasa nadie a no ser que te alejes de mi diámetro!- me lo grito hacia adentro-, me jode: me irrita que pudiendo pasar de espaldas prefiere voltear para bordearme. Sus pasos amenazantes y llenos de astucia me amedrentan, no soy de gritar en el bus, soy muda, prefiero lanzar miradas de desprecio.

Mis ojos rasgados llevan por rótulo: ¡No, me mires, me apestas!, inundados de repudio y vileza colgando palabras de asco y horror... bajo esas circunstancias olvido la hermandad, la igualdad y brota en mí el ente arrogante que no desea ser idolatrado morbosamente por otros.

Ha pasado sigilosamente y mi codo ha funcionado; no obstante, ha intentado de todos modos apegarse lo más que pudo..oír su respiro cerca a mi oreja me ha puesto la piel de gallina, tanto que ni la casaca me cerró los poros... solo arrugo la cara en protesta de "¡ya no más!"...al fin pasó.

Ja!, no logró su cometido principal, lo ven, no se lo permití, aunque me quedé con el hediondo vaho de su expiración, aún así y de todos modos siento que otra vez he ganado la guerrilla, un confront diario por hacerme respetar , donde ningún individuo deberá conservar proxémica conmigo, donde nadie deba invadirme ni sofocarme.. pues todo lo contrario es agresión.

Por ahora, circulo contenta el resto del camino, me coloco nuevamente el audífono y a ritmo de Kpop continúo el trayecto... el peligro ya pasó, pero mañana será otra ola de lucha que se me viene y la verdad es que a este paso me volveré surfista.

Así que, a cinco metros. No, más!