Ingratitud y dolor es lo que se siente, luego de dar algo sin esperar nada a cambio - que aunque parezca poco, para ti ya es mucho- . De pronto te azota la irreverencia de su desfachatez y por qué no, también de su conchudez ácida. Mas en tus pequeños segundos de reflexión vívida y sentida por la máxima sensibilidad de tu angustia , descompresión y también extrañeza te dices:
¿Para que dar por aquellos que no lo valoran? ¿ Qué sentido tiene hacerlo, si no lo aprecian en sus propias vidas?
Sin familia, se acaban los motivos. Entonces despiertas y te das cuenta que estás más solo en la ciudad que en un desierto inhabitable.
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Es domingo otra vez... me voy muriendo por vivir, podrias pasarme a ver y escuchar canciones al reves... me notas un poco mal... me.mata la ansiedad... es domingo otra vez... muy triste amaneció...
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